los párpados se cierran en secreto
mientras lamemos nuestras partes rotas
la entrepierna mantiene el ritmo del oleaje
lenguas devorándose umbilicales en la bruma
la sangre se desboca y mancha los paisajes que habitamos
-exentos de luz -
abandonamos los ojos en el horizonte
para no avanzar perpendicular
como si hubiera tiempo
 para el silencio.

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