Del libro Procesos Escriturales Mujeres de Puño y Letra ( Editorial Cuarto Propio 2018)


Mi escritura se sitúa en el acto muscular de escribir, desde el cuerpo, la lengua, los pies.  Salivar cada trazo desde los  márgenes, Erizar el cuerpo, hablar desde la monstruosidad, la marginalidad arraigada, la violencia.  Movilizando las pasiones internas que se hacen carne,  deformar  los sonidos, con imágenes que  construyen mi territorio, mi pequeña patria, desde donde puedo interactuar con el adentro, hacia el afuera.
  El territorio heredado es el cuerpo como cartografía, la palabra como soporte, que se construye desde las vísceras, desde la voz tantas veces callada. Hablar desde las minorías, resituar a la mujer desde lo binario, su oscuridad vertiginosa, sacar su voz mutilada.  Mi poesía Trabaja en el dolor, entra en el dolor, en los espejos,  en el miedo de ser observador, y observado a la vez.  Hablar por la herida y  dejarla brotar, es parte de mi escritura.
 Esta búsqueda  pretende articular los códigos conceptuales,  del lenguaje que construyo,   mezcla de imágenes sonidos y gestos, para  describir la mueca  atorada en la garganta. Reconocer al mounstro, encontrar su belleza, sublimar la deformidad, aceptando los espejos, develando las máscaras sociales y propias.  Para así volver a recoger las huellas en la arena, recuperando el origen del trazo, dibujando lo que se pinta dentro.




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